viernes, 10 de octubre de 2008

EL AJEDREZ ES MAGIA...POR UN TAL TAHL

Mikhail Tahl nació el 9 de Noviembre de 1936, en Riga (Letonia), falleció el 26 de Junio de 1992. Fue apodado el "Mago de Riga" y de joven era apodado como "La llama".Su padre fue el encargado de enseñarle a jugar al ajedrez a los 10 años, su primera partida fue contra su primo... y la perdió, a partir de ahí el ajedrez sería toda su vida. Mikhail fue un niño prodigio, destacando mucho en sus estudios, sobre todo en matemáticas. Con 11 años ya consiguió ganar a un gran maestro: Ratmir Jolmov, en unas simultaneas. A esas tempranas edades el juego de Tahl era agresivo y sólo pensaba en atacar hasta el límite. Su ascensión fue meteórica y con 17 años se proclamó campeón de Letonia, ese mismo año obtuvo el título de Maestro de la URSS tras vencer en un match a Saigin (campeón de Bielorrusia). En 1957 consiguió ser campeón absoluto de la URSS (con 20 años!!!). leer mas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ganó su primer Torneo Internacional en 1958, fue el Interzonal de Portoroz (por delante de Petrosian, Fischer, Larsen, Gligoric...). Estos dos logros sólo pueden ser calificados como extraordinarios: el campeonato de la URSS siempre se caracterizó por ser un torneo fortísimo y complicado de ganar, además triunfar en un Interzonal, cuando era la primera vez que competía fuera de la Unión Soviética, le daba sabor a inmortalidad. En 1959 ganó de forma espectacular el Torneo de Candidatos de Belgrado, ante rivales como Fischer, Smyslov, Keres, Petrosian... Esto le dio derecho a jugar por el título máximo que ostentaba Mikhail Botvinnik. En 1960 se disputó el match por el Campeonato del Mundo. Tahl y sus entrenadores habían preparado concienzudamente la apertura favorita de Botvinnik, lo que se tradujo en una ventaja de 3 ptos en la 7ª partida. Pero Botvinnik era un gran luchador y gracias a su consistencia pudo recuperarse equilibrando el marcador. A partir de aquí llegarían victorias de Tahl gracias a espectaculares sacrificios de piezas y a los apuros de tiempo de Botvinnik, que se veía superado por la velocidad de juego del letón. Al final Tahl venció con claridad tras una dura lucha y se convirtió en el campeón del Mundo más joven de la historia. En este match su juego fue brillante durante muchas fases y el pragmatismo de su rival no pudo con los las complicadas posiciones en que desembocaban las partidas.
Botvinnik tenía derecho a un match de revancha si era derrotado e hizo valer su privilegio al año siguiente. El ex-campeón se preparó con gran intensidad para recuperar su corona perdida. En el primer match, Botvinnik se vio sorprendido por el ímpetu y la fuerza de Tahl, pero esta vez estaba sobre aviso. En esta ocasión Tahl se mostró inferior a Botvinnik, que logró imponer su estilo desde un principio. Tahl comentó que se había preparado igual o mejor que en el primer match, pero había sido superado. Aunque no puede servir de excusa, Misha empezó a tener sus primeros problemas de salud durante este encuentro, algo que perjudicó notablemente su juego. El letón no juzgó este hecho como determinante y asumió su derrota con total deportividad.
Y tras esto Tahl no volvió a jugar un match por la corona Mundial, a pesar de intentarlo en varias ocasiones. La primera fue en el Torneo de Candidatos de Curaçao en 1962, donde Tahl era considerado el gran favorito, pero sufrió fuertes ataques renales que le impidieron rendir con normalidad (cuando se llegaba a las 4 horas de juego, Tahl se venía abajo físicamente y cometía graves errores). La 4ª y última vuelta del torneo no la pudo disputar, tuvo que ser convencido por sus rivales (que veían su lamentable estado de salud) para que abandonara. Estos graves problemas de salud le acompañaron a lo largo de toda su carrera, algo que sin duda influyó negativamente en sus resultados (como el mismo reconoció). A pesar de tantas dificultades, siguió jugando grandes partidas, dejándonos un amplio legado que solo finalizó con su fallecimiento. Esta trayectoria irregular se veía salpicada de años donde ganaba torneos importantes y nadie podía vencerle (como 1973 ó 1974), y años donde iba de hospital en hospital sin conseguir apenas algún resultado positivo en el tablero. El gran problema de los ataques renales que sufría era que le ocurrían cuando menos se lo esperaba (muchas veces en plena competición). Tras uno de esos ataques su estado físico se deterioraba y su juego empeoraba a la misma velocidad que su salud. A pesar de esto, Tahl sacaba fuerzas de flaqueza para seguir acudiendo a torneos, aunque su rendimiento bajaba mucho. Creo que tales esfuerzos le honran como deportista y como persona, y demuestran el amor que sentía por el ajedrez En 1969 los médicos optaron por extirparle el riñón enfermo, algo que Mikhail debió de permitir años atrás. En esos días surgió el rumor de que Tahl no había podido superar la operación y había fallecido. Incluso en en la prensa de Yugoslavia (donde era muy querido) apareció su esquela, para desolación de la comunidad ajedrecista. Pero nada más lejos de la realidad, un mes después de la operación Tahl volvió a la competición en el torneo de Tbilisi ganando el primer premio. En este Torneo Tahl hizo un maravilloso sacrificio de dama en su partida con Suetin y cuentan que tras realizarlo comentó: "No está nada mal para un difunto...". En los torneos prefería agradar al público con sus jugadas arriesgadas, que buscar el resultado (de esta misma opinión era Boris Spassky). A ambos les gustaba que la sala de juego estuviera abarrotada y no les molestaba el ruido de los espectadores celebrando las jugadas, otros como Bobby Fischer no consentían el menor ruido en la sala y pedían el desalojo cuando esto ocurría. Siempre fue un jugador poco común: cuenta que siendo joven (en 1947), disputaba una partida que tenía perdida y en la que pensaba abandonar. No lo hizo porque se llegó a la jugada 40 y se aplazó la partida para el día siguiente. Esa noche soñó con una variante que le salvaba de tan complicada situación, y la recordó y aplicó al día siguiente con un resultado positivo. Tahl también tenía su maldición particular: casi siempre perdía en la primera ronda de los torneos. Aunque no le daba mucha importancia e incluso se lo tomaba con humor. Otra curiosidad de Mikhail es que jugaba peor por las mañanas que por las tardes, esto era debido a que le costaba mucho despertarse y tardaba una eternidad en pensar cada movimiento, lo que hacía que le pasasen inadvertidas jugadas buenas. Tuvo incluso su propia bestia negra, este fue el jugador soviético Rashid Nezmetdinov, que le derrotó en casi todos sus enfrentamientos. Nezhmetdinov era un gran jugador de ataque y tal vez por eso a Tahl se le atragantaba su compatriota (... en casa del herrero cuchillo de palo). Tahl tenía muchas amistades entre sus rivales, algo normal dada su amabilidad y su agudo sentido del humor. Parecía que la presión de los torneos no iba con él (o al menos esa era la impresión que transmitía). Es extraño encontrar a un campeón del Mundo con un carácter de este tipo, generalmente cuando se llega a la cumbre el jugador tiende a aislarse del resto de sus semejantes y rodearse de un halo de superioridad. Esta opinión no es para nada subjetiva, basta ver lo que hizo durante uno de los torneos que jugó: Tahl se dio cuenta de que el reloj de su rival estaba estropeado, algo en lo que nadie más reparó; como este hecho le parecía injusto siguió jugando cuando a su contrincante se le acabó el tiempo y no reclamó el punto por caída de bandera. Lo que realmente tiene mérito era su forma de jugar. Fue un auténtico revolucionario en una época donde abundaban los jugadores fuertes posicionalmente: Botvinnik, Petrosian -sin duda el que mejor planteaba la defensa-, Smyslov.... Por eso su espíritu romántico era único y no creo que vaya a repetirse (ojalá me equivoque). Tahl, como buen jugador de ataque, despreciaba la teoría de las aperturas y definía el inicio de la partida de la siguiente forma: "La apertura es un programa obligatorio que debo desarrollar a la fuerza". Muchos le criticaron por esta forma de jugar, decían que sus sacrificios eran meros golpes de efecto y que esa no era forma de jugar al ajedrez. Sus entrenadores trataban de frenarle antes de los torneos pidiéndole que jugase tranquilo, pero cuando Mikhail se sentaba ante el tablero siempre elegía la variante más arriesgada (lo que yo agradezco de todo corazón porque nos ha dejado un gran legado de partidas espectaculares). Gracias a este estilo sus partidas obtuvieron premios de belleza en múltiples torneos. Como decía Damsky: "cuando Tahl consigue ser Tahl, en el tablero se desencadenaban ciclones y huracanes". La fantasía estaba presente en cada movimiento del Mago de Riga y esto le ha hecho sobrevivir al tiempo. Tahl reconocía que no evaluaba la posición con exactitud (como hacía Botvinnik), pero suplía esa carencia con una gran capacidad para el cálculo de variantes. Siempre decía: "¡Yo también pertenezco al 'sindicato de calculadores'!". Era un jugador diferente al resto, tenía su propia concepción del juego y eso se reflejaba en aspectos como su preparación. Lo habitual entre los GM era trabajar duro en un buen repertorio de aperturas y abandonar su entrenamiento para jugar unos pocos torneos al año. Mikhail hacía lo contrario: prefería prepararse disputando partidas, por lo que acudía a numerosos torneos en todo el planeta (consideraba que tenía que jugar como mínimo 100 partidas al año). Tahl aportó más cosas al ajedrez: escribía artículos para revistas de ajedrez y periódicos, fue comentarista para televisión y radio en varios torneos, escribió libros de ajedrez (muy recomendable "Al ataque" su biografía escrita entre Tahl y Y. Damsky).
Cuando los periodistas le preguntaban cual había sido su mejor partida, él siempre contestaba lo mismo: "Pienso jugarla cada vez que me siento frente al tablero". Esto demuestra el espíritu de lucha del letón en cada una de sus partidas.

Anónimo dijo...

Para mi gusto, el jugador más grande la historia. Considero que Kasparov ha sido el mejor ajedrecista, pero sin duda Tahl se divertía más.

Sergio Bermúdez Vives

Unknown dijo...

Para el suscrito, después de Bobby Fischer, Misha Nejemiévich Thal es uno de mis favoritos. Sus retractores siempre le reclamaron sus “sacrificios intuitivos”, más por su deseo de belleza que por un análisis profundo.

Son múltiples las anécdotas que rodearon la vida de Tahl. Algunas que yo recuerde:

Por allí se conoce además de su afición a la táctica a la bebida y el cigarro, razones de peso para que en el encabezado de un periódico de la Habana (si más no recuerdo) escribieron: “Tahl con tres puntos” haciendo referencia a un bochornoso accidente en un club nocturno que protagonizó Misha al sobrepasarse con una bailarina recibio un botellazo en la cabeza, y por ende tres puntos en el hospital local.

Pablo Morán en su libro, “Bobby Fischer, su vida y partidas" nos cuenta que en una oportunidad Fischer pretendió leerle el futuro en la palma de la mano al recién campeón del mundo Tahl, diciéndole que un joven gran maestro norteamericano (Fischer) le quitaría el título, a lo que Tahl exclamo: ¡En hora buena William! Haciendo alusión al GM William Lombardy, quien estaba entre los presentes.

Para el mundo del ajedrez, fue una tragedia que este genio falleciera muy joven.

E. Araya

Anónimo dijo...

gloria por siempre a quien hizo del ajedrez una belleza perdurable Vives en la magia de tus partidas memorables y nadie que ama el ajedrez desconoce tu nombre